El ingreso en la residencia es un cambio importante, tanto para el residente como para su familia. Para garantizar una adaptación lo más cómoda posible, realizamos una entrevista inicial con nuestro equipo de trabajo social, donde recopilamos información clave sobre la historia de vida, hábitos y necesidades del residente.

Durante los primeros días, diferentes profesionales irán añadiendo sus observaciones a la valoración inicial, permitiéndonos diseñar un plan integral de atención adaptado a cada persona.

Sabemos que cada residente vive este proceso de manera diferente. Para quienes conservan sus habilidades cognitivas, la adaptación puede centrarse en conocer la rutina y socializar con otros residentes. En cambio, para aquellos con deterioro cognitivo avanzado, este cambio puede ser más complejo y requerir un acompañamiento más cercano y progresivo.

En cualquier caso, ofrecemos una atención personalizada, con un trato cercano y familiar, para que cada persona se sienta acogida desde el primer día. Estamos a vuestra disposición para cualquier inquietud o apoyo que necesitéis durante este proceso.